jueves, 26 de diciembre de 2013

Y tu, ¿cuál eliges

Sigo creyendo en mirar a los ojos, en la magia de una carta, en el olor de un libro nuevo. La gente dice que hay que actualizarse, ¿para que? ¿para perder lo que realmente importa en la vida? Sigo siendo como una niña hechizada con el baile de las llamas de un fuego, hipnotizada con el vuelo de los pájaros. Cuando me siento vacía,  me gusta dar paseos por el bosque de detrás de mi casa, solo yo y mis pensamientos. Todo el mundo tiene una estación favorita, yo cuando pienso en cual será la mía me pregunto:

¿Otoño?
Ver como las hojas van cambiando de color. Empiezas a abrigarte más con bufandas, gorros y guantes. Pasado el tiempo, en esos días ventosos en los que parece que llueven hojas, y cuando caminas, puedes dar patadas y lanzarlas al aire, respiras y sientes el oxígeno entrando en tus pulmones. Y que me dices, de ese emocionante momento en el que te pones las botas de agua, abres la puerta y comienzas a correr hasta llegar a un charco y simplemente saltar. Puff... ¿y el olor a lluvia, a arboles, a viento,a hojas, que digo, olor a otoño?

¿Invierno?
Despertarte, realizar un intento de salir a la cama y volver rápidamente a como estabas, para no perder el calor que tienes bajo tus sábanas. Cuando decides levantarte, subes la persiana, sonriendo observas como un impoluto manto blanco oculta lo que siempre ves desde tu ventana, y si sigue nevando, miras como se deslizan cada copo de nieve. Por muchas bolas de nieve que te lancen, sigues en la calle, corriendo y cayendo sobre un suelo tan blandito. Con los huesos helados, vuelves a casa para ponerte frente al fuego, llenas todo tu cuerpo con una sensación de calor. ¿Y esas tardes de manta, chocolate y tele?

¿Primavera?
Volver de clase, y notar que vuelve a hacer calor, que los árboles vuelven a llenarse de colores.  Como todo comienza a cobrar vida, te das cuenta que el suelo es más verde, el cielo más azul, y las flores huelen tan bien... Y en plena primera, aquel suelo vuelve a tomar color blanco, pero esta vez por las numerosas margaritas, o también algo que a mi me encanta, toma un color rojizo, como diese nombre al propio mar rojo, con las miles de amapolas. Y si tienes suerte, encuentras unas campanas moradas, donde, como decía mi abuela, viven las hadas. Ah! ¿y quién no ha pedido un deseo soplando un diente de león?

¿Verano?
Salir y sentir como los rayos del sol rozan suavemente tu piel. Toca ponerse pantalones cortos, camisetas de tirantes, comer helados, granizados... Vacaciones, para significan fiesta, amigos, dormir hasta tarde, pensar planes que al final no haces. Ir a la playa o piscina, flotar en el agua, aguadillas y cuando estás abrasado por el calor, sientes una brisa que te refresca. Esos castillos de arena, enterrarte entero en ella. Que sean las once, y siga siendo de día. ¿Y los que tienen pueblo? El verano es más divertido, pasas el tiempo con los amigos de tu infancia. Tu mejor compañera la bici, para ir al río, a los pueblos de al lado, a donde quieras...

Nunca me he conseguido decidir entre una de las cuatro, y tu ¿cuál eliges?

domingo, 22 de diciembre de 2013

Lucha

Era ya una rutina, una lucha diaria. Cada vez que se miraba en el espejo, lo hacía con asco. Poco a poco evitaba ver su reflejo, tanto en escaparates como cristales. Gotas transparentes salían de sus ojos, bañando sus mejillas. Sonreía con tristeza, se decía "Eres guapa." pero ni ella misma se creía. Hipnotizada, miraba una esquina del baño. Allí se encontraba una de sus peores enemigas, la báscula. Esta vez rechazó la idea de pesarse, no quería ver aquel maldito número. Simplemente se observó en el espejo, su mirada recorría un camino desde sus pies, pasando por la curva de su cintura, hasta sus hombros. Con un suspiro, cerró los ojos y se metió en la ducha.
Ella era feliz en su mundo, con sus libros y música. El problema surgía cuando la misma sociedad le hacia pensar que estaba gorda, cuando se tenía que enfrentar con una realidad que no quería aceptar. Le gustaba ir de tiendas, la moda le apasionaba, y esta temporada había prendas preciosas, que definían exactamente su  estilo. El momento crítico era al entrar al probador. Sus brazos cansados por el peso de las numerosas perchas, corrieron la cortina. Se encontraba de nuevo frente a un espejo, evitó que sus ojos reparasen demasiado en él. Empezó a probarse ropa, a pesar de haber cogido las tallas más grandes, o no le valían, o le quedaban muy justas. O sencillamente el corte no le queda bien.
Su mente y su corazón comenzaron esa lucha que durante un momento había conseguido olvidar. Reprimiendo las lágrimas, por estar en un sitio público, dejó de evitar ver su reflejo. Pensamientos e ideas recorrieron su cabeza. Decidida, quiso cambiar esa razón que causaba su tristeza. Al día siguiente se apuntó a un gimnasio, convenció a su madre para hacer una dieta y así poder ser otra.
Ella es el resultado de esta mierda de sociedad machista, perfeccionista y consumidora. No estaba gorda, para nada, solo le sobraban unos kilos de más. Era ancha de caderas y hombros, y tenía pecho. Sencillamente su figura no era el modelo al que las marcas de ropa querían vender.Ella representa a muchas adolescentes
No seas como ella. Quiérete tal y como eres, porque así estás perfecta. Vivimos en un mundo donde importa más la apariencia que el interior, y donde el objetivo es vender. "Apuntarse a un gimnasio, hacernos ir a nutricionistas, dietistas, comprarse ropa nueva porque la tuya está pasada de moda"
Gana esa lucha, aunque pensemos que es entre nuestra mente y corazón, en realidad es contra la sociedad, no dejes que te manipule. Gana este pulso, no llores por tu físico, es una pérdida de tiempo. Sonríe, sonriele al espejo, a la vida. Muestrale al mundo quién eres y como eres,  demuéstrales que el físico ni la ropa definen a una persona. Vales mucho más que ese maldito número.
Recuerda  que la báscula jamás pesará lo que tienes dentro del corazón.