domingo, 27 de abril de 2014

El reflejo de mi ausencia

Todo estabas oscuro, solo se veía una luz al fondo del pasillo. Me acerqué lentamente, mientras me derretía por dentro, escuchando sollozos que me desgarraban el corazón, como cuchillos. Crucé el umbral de la puerta, estabas sentada en el suelo del baño. Observé en silencio como recogías fotos nuestras, de mi infancia. Sosteniéndome en brazos, dándome de comer...
Tus ojos, hinchados por las lágrimas, reflejaban desesperación y rabia. Rápidamente te levantaste como si nada, escondiendo algo tras tus mangas, un cuchillo.
"¿Qué había pasado? ¿Por qué había marcas en la pared? ¿Y la sangre de  tus manos?" te pregunté. No contestaste, ni siquiera me miraste. Seguías atenta a las fotografías, en estado de shock.
Alzaste la vista. Creí que hacia mí, pero no. Solo te observabas en el espejo. Intenté evitar que tu puño se estampara contra el cristal. No lo conseguí mi manos traspasó tu brazo. Entonces lo entendí todo, porque no me mirabas, ni me contestabas. Porque no veía mi reflejo...
Te seguí hasta el salón, y me vi. Vi mi cuerpo sobre un charco de sangre, muerto.
¿Me habrías matado tú? ¿Mi propia madre?


PD: Ayer cumplí 17 ;))

lunes, 7 de abril de 2014

Pareceré pesimista pero...

Soy ese tipo de personas que siempre está sonriendo, vivo en un limbo emocional, dentro de una especie de coraza para que nada me afecte. La mayoría de personas que me rodean piensan que soy feliz, quizás sea porque en realidad no me conocen. No saben, que en mi caso, es cierto lo que dicen que las personas que más sonríen son las más infelices.
A veces me pregunto, ¿para qué sonreír? Tal vez para no parecer débil, para no tener que contar mis problemas, o para autoengañarme. Tal vez sea, porque nadie me da razones para sonreír.
Le tengo miedo a la vida, al futuro. Tengo tantos sueños, tantas metas, y tan pocos recursos, que dudo que los consiga. Ese miedo surge debido a que ya perdí ese optimismo, la esperanza que me hace creer en el cambio. Ya no creo en él. Por experiencia sé que no puedo esperar nada de nadie, que no existen los regalos, ni intenciones buenas. El problema surge porque me he cansado de intentar que todo salga bien, de conseguir las cosas por mi cuenta, de esforzarme para no conseguir nada,
Reprimo las lágrimas, porque  ya he llorado suficiente. No me considero perfecta, ni buena persona, pero tampoco tan mala como para merecer todo esto. "Somos demasiado jóvenes, para ser tan infelices."
Ya ni creo en el Karma, no creo en nada. ¿Cómo voy a creer en algo, si ni siquiera creo en mi misma?
La gente me tiene como "madura", "responsable". Es la vida quién me ha hecho madurar a la fuerza. No puedo dar importancia a esas "tonterías" por las que sufren otros, porque ya tengo suficiente con mis problemas. Por soy feliz... si, feliz con pequeñas cosas.
Los días pasan, me aferro a la rutina, y sigo con un caos mental impresionante. Al andar por la calle, me fijo en las personas que veo y me imagino que vivo en otra vida. Quizás por eso últimamente solo pienso en cambiar mi vida, en vivir en otro lugar.
Pareceré pesimista por mis palabras, pero sencillamente soy realista. Hace mucho que dejé de vivir de ilusiones.