Ella era feliz en su mundo, con sus libros y música. El problema surgía cuando la misma sociedad le hacia pensar que estaba gorda, cuando se tenía que enfrentar con una realidad que no quería aceptar. Le gustaba ir de tiendas, la moda le apasionaba, y esta temporada había prendas preciosas, que definían exactamente su estilo. El momento crítico era al entrar al probador. Sus brazos cansados por el peso de las numerosas perchas, corrieron la cortina. Se encontraba de nuevo frente a un espejo, evitó que sus ojos reparasen demasiado en él. Empezó a probarse ropa, a pesar de haber cogido las tallas más grandes, o no le valían, o le quedaban muy justas. O sencillamente el corte no le queda bien.Su mente y su corazón comenzaron esa lucha que durante un momento había conseguido olvidar. Reprimiendo las lágrimas, por estar en un sitio público, dejó de evitar ver su reflejo. Pensamientos e ideas recorrieron su cabeza. Decidida, quiso cambiar esa razón que causaba su tristeza. Al día siguiente se apuntó a un gimnasio, convenció a su madre para hacer una dieta y así poder ser otra.
Ella es el resultado de esta mierda de sociedad machista, perfeccionista y consumidora. No estaba gorda, para nada, solo le sobraban unos kilos de más. Era ancha de caderas y hombros, y tenía pecho. Sencillamente su figura no era el modelo al que las marcas de ropa querían vender.Ella representa a muchas adolescentes
No seas como ella. Quiérete tal y como eres, porque así estás perfecta. Vivimos en un mundo donde importa más la apariencia que el interior, y donde el objetivo es vender. "Apuntarse a un gimnasio, hacernos ir a nutricionistas, dietistas, comprarse ropa nueva porque la tuya está pasada de moda"
Gana esa lucha, aunque pensemos que es entre nuestra mente y corazón, en realidad es contra la sociedad, no dejes que te manipule. Gana este pulso, no llores por tu físico, es una pérdida de tiempo. Sonríe, sonriele al espejo, a la vida. Muestrale al mundo quién eres y como eres, demuéstrales que el físico ni la ropa definen a una persona. Vales mucho más que ese maldito número.Recuerda que la báscula jamás pesará lo que tienes dentro del corazón.
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