miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿COMO ALGUIEN TE PUEDE HACER SENTIR TAN BIEN Y A LA VEZ HACERTE TANTO DAÑO?

Te ame como nadie,  fui la persona más feliz del mundo a tu lado. Tu creaste en mi sensaciones que creí perdidas incluso imposibles. Me sentía imparable,  invencible capaz de cualquier cosa.  Hubiese dado mi vida por ti. Me enamore hasta las trancas, las mariposas de mi estómago debían de ser pirañas. Estaba ciega, ciega por tu amor.  Ciega por tus te quieros, por tus abrazos que me hacían volar, te juro que si no hubiese visto mis pies en el suelo, creería que volaba junto a las nubes, iluminada por el sol.  Pero me di cuenta que fui necia. Todo era una farsa ¿verdad?, un juego donde pierdo yo. No me querías, solo deseas que ella estuviese celosa y lo conseguiste, la conseguiste ¿estás contento? Dios, como fui tan imbécil de no darme cuenta de la realidad. ¿Tus te quieros? Mentiras, palabras vacías, letras unidas sin sentido para ti. ¿Las rosas que me regalabas? Una sencilla manera de atarme, encadenarme a ti. Creaste en mi la necesidad de tenerte, de besarte, de tenerte a mi lado cada noche. Desnude mi alma, y pensé que tu sentías lo mismo. Ahora sé que caí en el dar y no recibir del amor.


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