Vivir en tu ausencia CAP-3

Pd: Te quiero es una película que trata sobre la muerte del novio de la protagonista, este sabía desde hace tiempo que iba a morir y preparó de todo (cartas, cintas de grabación, etc) para que la chica superase su muerte. No os digo más que no os quiero joder la película. Espero que os guste el capítulo, igual es corto pero es que estoy de exámenes lo siento. Un beso y gracias por leer ;)

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-¿En serio? -una sonrisa le iluminaba la cara-.
-Si, bueno si quieres sino no, tranquilo -me empecé a empujar las ruedas de la silla, intentado hacerle ver que podía yo sola, pero casi todo estaba por medio y no podía avanzar "Tendría que haber recogido"-.
-Si, así podré estar contigo... quiero decir para ayudarte y eso -se sacudió el pelo- Creo que me vas a necesitar, ¿tienes hambre?
-Si, ¿pedimos una pizza? -asintió- Tengo el número al lado del teléfono, allí. Pide la que quieras.
Fue hasta donde le señalé y llamó. Mientras tanto intenté llegar hasta el mando y encendí la televisión, sin mirar. A los 15 minutos apareció el de la pizza, a pesar de mis quejas pagó él.
-Te lo voy a devolver Carlos.
-No hace falta, venga que te ayudo a tumbarte -me volvió a coger en brazos, me tumbó y me puso unos cojines en los pies- ¿estás cómoda?
-¿Y dónde te piensas sentar?
-En el suelo -levanté un ceja "Este hombre" y me moví, dejándolo sitio-.
-Venga siéntate-
Así hizo y nos pusimos a ver la tele. Estaban echando "Pd: Te quiero". Ninguno de los dos decía nada, yo solo me escondía intentando que no me viese llorar. "Me recuerda tanto a ti, ¿por qué te fuiste? Te echo de menos". Hasta que me vio y comprendió porque lloraba, por ti. Me pasó el brazo por los hombros, me abrazó, apoyé la cabeza en su pecho y me acarició el pelo.

Cuando la película terminó, me subió por las escaleras escuchando mis señas. En mi habitación, me sentó sobre la cama.  Nació un silencio incómodo, yo seguía pensando en ti mirando al vacío, y él esperaba quizás pensando igual que yo, o eso creí. Pero no, estaba mirando las fotos, nuestras fotos. Toda la pared encima de la cama estaba llena de fotos, en clase, castigados, en la feria, cuando fuimos al parque de atracciones, las entradas del concierto, disfrazados en Carnaval, la fiesta sorpresa de cumpleaños que te preparé, nuestras primeras vacaciones solos... Todo, absolutamente todos los momentos juntos estaban ahí, en todas sonreíamos, hacíamos el tonto o nos besábamos "Sigo saboreando el sabor de tus labios". Mientras Carlos sonreía, yo lloraba. 

-Como ¿cómo puedes sonreír al recordarlo? -me miró sorprendido-.

-Es la primera vez, pero está claro porqué -no respondí- Marta ¿es que no lo ves? Mira todas estas fotos, en todas y cada una de ella está sonriendo, a tu lado. Sonrió porque, aunque ya no esté aquí, sé que estos últimos años ha sido el hombre más feliz. Hace meses me lo dijo y no le creí, pero al ver todas estas fotos me he dado cuenta de que era verdad. ¿No ves esa sonrisa de tonto que tenía? -señaló la pared-.

-Pero...

-¿Pero? Marta, tu eras el motivo de su sonrisa. Toda su felicidad fue gracias a ti. -se acuclilló, con su cara en frente a la mía, me secó las lágrimas- Hay que admitirlo se ha ido, dejemos de llorar ¿de qué sirve, si eso no lo va a hacer volver? Vamos a disfrutar de la vida, es lo que él querría.  

- Tienes razón, no puedo seguir así.

Le abracé, quizás el abrazo duró más de lo que debía, pero me sentí protegida, como cuando nos abrazábamos. Nos fuimos separando poco a poco, hasta quedarnos a centímetros. Nos miramos a los ojos, por un extraña razón no aparte la mirada. Siempre me había sentido incómoda, excepto contigo. Y ahora con él. Mechones se escapaban de mi moño, y sin darme cuenta empecé a sonreír como una imbécil al sentir   el roce de sus dedos sobre mi cara, como colocaba  los mechones sobre mi oreja. De repente bostecé, estropeando el momento "Mierda". Le pegué el bostezó, no pude parar de reír. 

-Te pareces al gato que tenía cuando se estiraba hahahaha -se hizo el ofendido-.

-¡Serás! -me empezó a hacer cosquillas-.

- ¡Para por favor! Hahahahaha ¡En serio que no puedo más!

-Bueno venga, porque me das pena, que sino... -con mi mirada le podía haber asesinado- vamos a dormir que se hace tarde, ¿dónde duermo?

-No lo había pensando, solo hay una habitación más la de mi abuela, y es sagrada lo siento.

- Pues me voy al sofá, que se estaba muy cómodo, tranquila. ¿Necesitas algo más?

-No, Carlos -se iba a ir, pero con mis palabras se detuvo- gracias por todo. Sino fuera por ti , hubiese hecho todo lo posible por reunirme con él...

-No dejaré que eso pase, te lo prometo. Que duermas bien -me besó en la frente y se fue-.

"¿Por qué te has puesto roja Marta? Se razonable"  Pensando en ti, y en todo lo que había sucedido hoy. Lo sola que me había sentido sin ti los anteriores días, toda a cambiado ahora gracias a Carlos. Todo el vacío que dejaste en mí, ya no es tan grande por él. Pero de alguna manera que no puedo explicar, siento como que te estoy fallando. "Lo siento". 

Volví a soñar contigo, el mismo sueño de siempre, pero esta vez el sonido de un teléfono lo interrumpió. 

Era el mío, fui a ver quién era. Héctor.

-AHHHHHHHHH ¡NO, NO PUEDE SER! 

Oí como Carlos corría  por las escaleras. Mi móvil seguía sonando, era una pesadilla.

-¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? 

Estaba en el suelo, temblando. Miraba con miedo el móvil que estaba a dos pasos de mí. 

-¿Por qué no lo coges?

-Es él. es imposible... -lo miró con los ojos como platos, lo cogió y me lo dio-

-Igual-igual son sus padres -no lo decía muy convencido-. 

"Tiene razón, es imposible que seas tú" Descolgué.

-¿Si?

- Que, acojonada ¿verdad? ¿Pensabas que era él ? Ya te gustaría guarra. Hoy te ví con su mejor amigo, ¿como puedes ser tan zorra? Hace una semana que murió y ya estás con otro.

-¿Quién eres?